< Debo sumergirme en un vaso y maldecir por mi situación. Recriminarme hacer cosas que supuestamente no sé. Fastidiarme por mi inquietud, y decir a todo que sí puedo. Lamentar todo lo que no puedo hacer y pierdo de ganar. Quizás, también debo recibir consejos de cómo hacer bien lo que salió mal. Y dejar consolarme por voces compadecientes. Que alguna promesa me quedó sin cumplir, o que hice justicia propia. Debo remorderme porque me lo busqué, que siempre arriesgo demasiado, y así sin para quejarme de mi condición. Mantras en Nepal, 1999
lunes, 20 de agosto de 2012
EL VASO
"Ciego a las culpas, el destino puede ser despiadado con las mínimas
distracciones."
Jorge Luis Borges (El sur)
< Debo sumergirme en un vaso y maldecir por mi situación. Recriminarme hacer cosas que supuestamente no sé. Fastidiarme por mi inquietud, y decir a todo que sí puedo. Lamentar todo lo que no puedo hacer y pierdo de ganar. Quizás, también debo recibir consejos de cómo hacer bien lo que salió mal. Y dejar consolarme por voces compadecientes. Que alguna promesa me quedó sin cumplir, o que hice justicia propia. Debo remorderme porque me lo busqué, que siempre arriesgo demasiado, y así sin para quejarme de mi condición. Mantras en Nepal, 1999
Si aún estoy acá es porque aún me quedan cosas por hacer en la vida. Y la mejor forma de hacerlo es concentrarme en la sanación, en la mejor cura posible. Estoy haciendo los esfuerzos a mi alcance, con los títeres de dedo mientras agarro un libro, preparado para cuando venga Roma. Mi mayor anhelo es volver a subirla a mis hombros, como el día de su cumpleaños en el zoológico. Entonces me sentiré curado.
Mientras tanto como en la foto del 20 de julio, cumpleaños de Roma, estoy fuera de foco.
< Debo sumergirme en un vaso y maldecir por mi situación. Recriminarme hacer cosas que supuestamente no sé. Fastidiarme por mi inquietud, y decir a todo que sí puedo. Lamentar todo lo que no puedo hacer y pierdo de ganar. Quizás, también debo recibir consejos de cómo hacer bien lo que salió mal. Y dejar consolarme por voces compadecientes. Que alguna promesa me quedó sin cumplir, o que hice justicia propia. Debo remorderme porque me lo busqué, que siempre arriesgo demasiado, y así sin para quejarme de mi condición. Mantras en Nepal, 1999
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