martes, 4 de septiembre de 2012

OBEDIENCIA

Arriesgarse es perder el equilibrio por un momento. No arriesgarse es perderse a uno mismo. Soren Kierkegaard. Hay que citar a los que saben escribir. A esta altura, nos dedicamos a coleccionar algunos aforismos.
Trompe d'oeil, Faro de Quequén, 1996.

Estaba todo planificado, marcar el tronco de un lado, marcarlo del otro, y por su propio peso, o con ayuda desde abajo, la copa se iba a truncar. La sierra avanzaba, el tronco la apretaba. Un poco más, la copa no cae, y el tronco parece más duro de este lado. ¿Más duro de este lado? No puede ser. Mientras tanto, un poco más. Se puede caer, pero un poco más. No llegué a ver la copa, pero el tronco empujó de golpe. Desobedecí el plan. No hay tiempo para improvisaciones, no hay plan B. El plan era cauteloso, por eso no tenía otro plan. ¿qué pasaría? No lo sé, nunca lo supe. Pero alguien tenía otro plan por mi. Para mi. Me resguardó. Aparte, mi cuerpo cayó según las leyes de la gravedad.


Sacro parco di Bomarzo, 2012.

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