martes, 28 de agosto de 2012

LA SABIA

Veremos qué pasa con el soldado de mis huesos. Un ejército de células que buscan rearmar lo que rompí. La naturaleza todo lo cura. La sabia naturaleza. La muerte es una forma de cura, un paso a otra vida, cuando el cuerpo ya no puede ser llevado por el espíritu o el alma. Sin dudad actuó la sabia vida. Me apagó la cabeza antes de caer. Sólo tuve noción del rebote del pino, el movimiento de la catapulta. Nada más. Y luego, por una lado cayó mi cuerpo; mi alma, mi espíritu fueron por otro lado. Ya dije que allí debió estar mi viejo para que los daños sean menores, porque él me hizo, y para cuidar a Roma, Marina y mi madre, y por lo que le tocó vivir, hay varias décadas por delante, cuando me recupere.

Mi alma, mi espíritu, Dios se los llevó. No sé que le dijo, ni que le hizo, no recuerdo nada, y quizás durante el resto de mi vida me entere. Quién sabe, casi no se me ocurrió en mi vida que era mala persona, no había motivos, tampoco puedo decir que soy una gran persona. Salvo pequeños contrariedades en mi conciencia, la llevaba tranquila, con cierta armonía. Pero la sabia vida me dejó con mi familia, con ustedes, con el mundo, y lo agradezco. No existen recuerdos traumáticos de la caída, noción de que irremediablemente me iba de espaldas al piso. Tampoco tengo conocimiento del dolor que debe implicar las fracturas de los huesos, por el tremendo impacto. Simplemente no lo sé, mi alma, mi espíritu no estaba allí. Lo cual agradezco, aunque seguro le serviría a mi conciencia para ser más responsable, esta misma conciencia lo inspiró, absorvió y desde aquí vuelve a partir. Alentado por Mohandas Gandhi La fuerza no proviene de la capacidad física, sino de la voluntad indomable., que lo dijo hace mucho, pero me lo habrá soplado al oído.

La savia de la vida sigue corriendo por mis venas.

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