miércoles, 29 de agosto de 2012

LOS PERDEDORES

Estamos terminando una obras, y el dueño del corralpon, que hacía mucho no me veía, preguntó porqué, entonces me dijo por teléfono algo para la reflexión. - Esas cosas no se hacen. Cuando tenés cierta edad, hay que dejar que se arriesgue otro. Vos todavía sos joven, no es por una cuestión de edad, ¿sabés poruqé? Porque a tu esdad tenés mucho que perder, tu familia, tu trabajo, todos tus compromisos. No tenía ganas de escucharlo, pero era dejar pasar sus palabras, mientras repasaba la lista. Pero algo me hizo acordara mi viejo. "Cuidate, que se arriesgue otro". "Tenés que frenar un poquito". Por el vértigo de la vida, por aprovechar las oportunidades, por ser un buen trabajador (porque eso me enseñó de chico: "trabajar, trabajar y trabajar"), por superarme y todas las razones que ustedes también practicarán: no paré. ¡Cuánto pude haber perdido! Ahora nada tiene relevancia, ni la ropa, ya que uso siempre la misma, ni la calidad de la cámara (que solo uso en este cuarto de 3x4), ni la cortesía con el prójimo (que no faltará). Ahora, estoy forzado a ver a Roma merodeando mi morada, verla crecer segundo a segundo. Ahora estoy forzado a reposar, con freno sin apelaciones. Leo, veo, pienso, escribo, sueño, duermo, descanso. Cuántas veces quise olvidarme de todo y hacer ésto. Debiera estar agradecido, y sentirme de algún modo afortunado.
Esta lona me va a catapultar, pero esta vez hacia arriba.

Una lesión de columna como la que tuve siempre pensé que era irreversible y que dejaría secuelas. Gracias a Dios, y por suerte para mi, estoy equivocado. Pero para ello tenemos diversas opiniones. El traumatólogo principal, un renombrado kinesióogo amigo y el terapista, ya me quieren incorporar y que inicie la rehabilitación. Mientras que dos desconocidos, como la kinesióloga de oficio y un traumatólogo de consulta opinan que cumpla las 8 semanas de reposos hasta que se fortifiquen las nuevas calcificaciones. Todos profesionales de mi más alta estima, aunque ingrato de mi parte hacia el primer grupo ya que tomé, por el momento, la decisión más conservadora. ¨Más vale seguro, que arrepentido" dijo la kinesióloga. Y si, tuve una vida muy física, por encima de lo deportivo, por la injerencia del físico en casi todas mis actividades. Quizás por eso pensé poco al subir al árbol. En fin, siempre con los perdedores, una constante en mi vida, ir con las minorías, antes que se olviden, sin importar convertirme en contra.
Subiendo la cuesta. Vista del Aconcagua desde el cerro Bonete, 2012.

1 comentario:

  1. Mi querido amigo: hay un proverbio chino que dice algo así como que "si te caes siete veces, levántate ocho". Lo importante de que el rival te tumbe y te veas en la lona es lo que viene después: revolverse y sacar fuerzas de flaqueza. No son malas enseñanzas las que estás sacando de este tiempo de reposo. No son malas tus reflexiones. Gracias por compartirlas y enseñarnos día a día a saborear un poquito más la Vida... Un beso enorme

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